En diálogo con Canal E, el corredor inmobiliario, Alejandro Braña, explicó por qué, por primera vez en décadas, el costo de un departamento “de pozo” es más alto que el de una unidad terminada y reveló los riesgos de invertir en fideicomisos inmobiliarios en Argentina.
Los departamentos de pozo, más caros que los terminados
“Realmente es llamativo porque no ha ocurrido en las últimas décadas del mercado inmobiliario”, sostuvo Braña, al describir el fenómeno que sorprendió a los desarrolladores y compradores. Según detalló, “un departamento que todavía ni siquiera se empezó a construir termina costando más que uno terminado y a estrenar”.
El especialista advirtió que la comparación puede resultar engañosa: “Cuando vos comprás un departamento de pozo no estás comprando un inmueble, sino entrando en una sociedad que se llama fideicomiso”. En ese sentido, explicó que la inversión depende del éxito del proyecto, el cumplimiento de los pagos y la estabilidad económica: “Si ese fideicomiso camina bien, no hay inconvenientes; pero muchas veces eso no ocurre”.
Braña enfatizó los riesgos ocultos del sistema: el aumento de costos, los errores en obra, la falta de personal en blanco y las clausuras. “Es una locura hoy comprar riesgo al mismo precio”, sentenció, al remarcar que los compradores pueden terminar pagando el doble de lo presupuestado por la actualización de las cuotas.
Costos, inflación y un mercado dado vuelta
“Hoy tenés casi un 20% más de costo en el pozo que en el departamento terminado”, afirmó Braña. En zonas como Recoleta, el diferencial ronda entre el 13% y el 15%. Según sus datos, más de 20 barrios porteños exhiben esa tendencia: “Más de la mitad de la Ciudad de Buenos Aires tiene departamentos de pozo más caros que los usados”.
El experto atribuyó este fenómeno al fuerte incremento de los costos de construcción, que subieron 122% en dos años. “Pasamos de 500 dólares el metro cuadrado en 2022 a 1.500 hoy”, puntualizó. Además, señaló que los márgenes de ganancia de los desarrolladores se achicaron y que, en paralelo, los valores de las propiedades usadas bajaron hasta 45%.
Sobre la incidencia del dólar, Braña descartó un atraso cambiario en el sector: “El dólar es un precio más de la economía; lo que necesitamos es estabilidad”. Sin embargo, advirtió que la demanda se paralizó en los últimos dos meses por la incertidumbre electoral y la compra masiva de divisas: “El mercado estuvo prácticamente detenido durante 60 días”.
Finalmente, el corredor dejó un consejo clave: “Cuidado cuando compren de pozo: por más experiencia que tenga el constructor, ningún proyecto está exento de imprevistos”.
—
