El lunes 28 se realizó en el Teatro El Galpón un acto conmemorativo por el 72° aniversario del denominado «asalto al Cuartel Moncada«.
Fue un brutal ataque a traición perpetrado por Fidel Castro, su hermano Raúl, y otros guerrilleros comunistas, que coparon la unidad militar asesinando a sangre fría a decenas de jóvenes soldados.
La actividad para recordar el brutal ataque fue convocada por organizaciones afines a la tiranía caribeña, y por supuesto por la central sindical frenteamplista PIT–CNT, encabeza por Marcelo Abdala.
Un acto infame
El acto violentista comenzó pasadas las 19 horas y contó con la presencia de varios burócratas sindicales, incluyendo a diplomáticos de la dictadura castrista.
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También estuvieron los denominados «artistas populares» como el eterno cantor comunista Numa Moraes.
No faltaron los cánticos endiosando a un régimen que vulnera los derechos individuales, y donde no existe ningún tipo de libertad.
Elogios al dictador
El sindicalista estuvo largos minutos elogiando al dictador Fidel Castro, que en 1953 era un vulgar bandolero que asaltó traicioneramente un cuartel militar provocando un baño de sangre.
Abdala llenó de elogios a Castro y a los forajidos que lo acompañaban. Reivindicó a Castro como un héroe.
Presentó un cruel asalto a un cuartel militar por un grupo de inadaptados sociales ultraviolentos, como una «gesta revolucionaria» de «emancipación latinoamericana».
Lo que Fidel Castro provocó en julio de 1953 fue un baño de sangre totalmente inútil e injustificado.
Asesinó cobardemente a decenas de jóvenes soldados, casi todos campesinos que estaban realizando el servicio militar obligatorio, pero para Abdala este ataque sanguinario merece ser elogiado.
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En julio de 2025, y cuando el ministerio de Trabajo encabezado por el también comunista Juan Castillo tiene miles de problemas, como el conflicto lácteo, la huelga salvaje en el sector pesquero o el paro de autobuses en Copsa, Abdala festeja un ataque guerrillero demencial que solo provocó muerte y sangre.
La cabeza del PIT-CNT
Hay que recordar que Abdala preside el PIT-CNT, no es un simple burócrata sindical. Es la cabeza del sindicalismo uruguayo. Desde siempre pertenece al Partido Comunista, al igual que Óscar Andrade, que todavía no explicó su implicancia en la mega estafa millonaria en el Sunca.
Queda claro que el sindicalismo uruguayo sigue siendo ultra violento, totalitario, y antidemocrático.
Festejan a siniestras dictaduras que violan los Derechos Humanos, y aplauden a genocidas que terminaron con la libertad.
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Viven con los ojos en la nuca, elogiando narco tiranías que llevan 66 años en el poder, y que no respetan los derechos fundamentales.
Lejos de preocuparse por los asalariados uruguayos, a Abdala le preocupa más aplaudir a un régimen ultra corrupto, tiránico y totalitario, que viola los Derechos Humanos hace más de seis décadas.
Es el mismo Marcelo Abdala que hace pocos años viajó a Caracas a abrazarse con otro genocida comunista, Nicolás Maduro.
El mismo que en 2022 chocó ebrio su automóvil en el barrio Punta Carretas, y huyó para que no lo atrapara la Policía.
Es el nefasto sindicalismo uruguayo de toda la vida.