Libertarios, al borde de un ataque de nervios

Compartir:

Pese a su condición de feriado nacional, este 9 de Julio estuvo bastante movido. Aun cuando la “niebla” climática (y política) dio de baja, a último momento, el viaje de Javier Milei a Tucumán para pronunciar en cadena, y en trasnoche, su discurso por el Día de la Independencia, desde la Casa Histórica de esa provincia, tuvo lugar un inusitado movimiento comunicacional desde las filas oficialistas.

Hubo dos razones para ello: primero, para llenar el vacío que dejó la cancelación del viaje y cerrar el paso a las especulaciones de que de esa manera se evitaba la foto de la concurrencia diezmada de gobernadores en comparación con la nutrida convocatoria para la misma fecha del año pasado, y segundo, para contrarrestar una operación mediática proveniente de las filas K que tergiversó un editorial de Alejandro Fantino hasta transformarlo en un mensaje extremadamente alarmista sobre la marcha de la economía.

Abrió el fuego, a las 10 de la mañana del día patrio, Luis Majul, desde la radio El Observador, con una nueva entrevista, de las varias que le lleva hechas en lo que va del año, a Javier Milei. Fueron casi dos horas en que “preguntamos y repreguntamos sobre todos los temas, en especial los más incómodos”, se ocupó de aclarar el periodista a los más escépticos. Es verdad que se notó que armó un cuestionario más jugado y que persistió cuando no lo convencían del todo determinadas respuestas. A Milei se lo vio sosegado y más tolerante ante las ya clásicas interrupciones de su interlocutor.

Más tarde, desde su streaming Neura, Alejandro Fantino, amigo del Presidente y periodista (en ese orden, ya que hace propios términos mileístas, como “macrilandia” y “kukas”), tomó la posta con un editorial en el que, a partir de un off que había mantenido con el ministro de Economía, alertó sobre una ofensiva kirchnerista para tratar de tirar abajo el superávit fiscal.

La advertencia no era casual: al día siguiente, el Senado iba a intentar torcerle el brazo a Milei en ese sentido convirtiendo en ley distintas iniciativas (recomposición de las jubilaciones, prórroga de la moratoria previsional, fondos para las provincias y para discapacitados) que demandan un millonario gasto del Estado, cosa que sucedió.

Poco más de una hora después, el abonado de la red X @mattsalic logró que se viralizara un compaginado avieso de las palabras de Fantino. “Esto será IA”, conjeturó en sus redes sociales el ministro Luis Caputo, en referencia a la versión reducida. Eran apenas distintos cortes, todos perceptibles, de manera que pareciera que Fantino contaba que se venía un apocalipsis económico por exclusiva culpa del Gobierno y no por la gran inestabilidad que podría desatarse si se viera forzado a realizar los gastos que ordena hacer por ley el Congreso, en caso de no poder imponer los anunciados vetos presidenciales, según explicó Fantino.

Tanto escozor provocó en la sensibilizada epidermis oficial el compaginado que esa misma noche Caputo salió a denunciar la operación en LN+, ante el mismo periodista que había entrevistado a la mañana a Milei. Un doblete de alto calibre, poco habitual en tan pocas horas.

Resulta interesante el ejercicio de confrontar el mensaje completo de Fantino con el posteriormente compaginado. No deja de ser bastante inquietante, de todos modos, la versión original.

En su discurso en la Bolsa de Comercio, Milei ratificó que irá por los vetos y, abriendo el paraguas ante la posibilidad de no contar con los votos suficientes para ratificarlos en el Congreso, amenazó con judicializarlos. También descalificó a la vicepresidenta como “traidora” por no haber frenado la sesión en el Senado que puso en jaque el superávit fiscal.

Como último testimonio mediático de un gobierno agitado y a la defensiva, se conoció este viernes la primera emisión de Fake-7-8, un programa en streaming conducido por el vocero presidencial, Manuel Adorni, “para desmentir las operetas y fake news de los kirchneristas y los medios ensobrados”. Precario e improvisado en su realización, careció del timing y el nivel de producción que supo tener el ciclo de Diego Gvirtz, al que pretende emular en su afán de desarmar noticias impulsadas por los medios tradicionales o por la oposición. Adorni dijo que se emitirá todos los viernes, a las 13, pero no descartó que se vea “probablemente en un canal de aire”. Con una factura tan deplorable y aburrida, es improbable que pueda interesarle a alguna emisora, salvo a la TV Pública, solo por estar en la esfera del vocero/legislador electo. Si eso sucediera, el gobierno libertario sumaría un nuevo parecido a la presidencia cristinista, que se ufanaba de tener en horario central, en el canal del Estado, un programa que diariamente denostaba al periodismo crítico y a sus opositores.

También puede interesarte